Montserrat Caballé & Freddie Mercury
Montserrat Caballé, nacida el 12 de abril de 1933 en Barcelona, España, es una de las sopranos más influyentes y queridas del siglo XX. Su voz angelical, su técnica impecable y su emotiva interpretación la han convertido en una leyenda en el mundo de la ópera. Su fama era tal que en 1987 conoció a Freddie Mercury y trabajaron juntos en lo que sería la canción oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Pero Freddie lamentablemente murió de SIDA en 1991. Todo comenzó en 1987 cuando le preguntaron a Freddie cuál era su cantante favorita, él dijo: “No es por estar aquí en Barcelona, pero es Montserrat Caballé”. Muchos se sorprendieron porque esperaban que mencionara algún cantante de rock o pop, aunque Freddie Mercury siempre fue amante de la ópera. De hecho, su disco “A Night at the Opera” era un homenaje al título de la película de los hermanos Marx. En ese disco sale el famosísimo “Bohemian Rhapsody”, en claro homenaje al mundo operístico, por eso Freddie conocía muy bien el trabajo de Caballé.
Montserrat Caballé era de la época de las grandes divas, donde se les ponía un apodo. Ella era “La Stupenda”, Joan Sutherland “La Superba”, Renata Tebaldi “La Voz del Ángel” o “La Coca Cola” según la Callas. Y María Callas les ganó el más comercial y el mejor, “La Divina”. Caballé venía de esa época legendaria de mediados del siglo XX. María Callas había traído de vuelta a los escenarios de ópera el repertorio belcantista, pero su carrera duró muy poco, desde su ascenso mundial hasta su decadencia vocal, apenas 10 años. Entonces, las que siguieron ese repertorio a nivel mundial y en las grandes ligas fueron Montserrat Caballé y Joan Sutherland, seguidas por Beverly Sills, Edita Gruberova y Mariella Devia.
Pero la Caballé tuvo una infancia difícil en lo económico. Cada vez que hago estos episodios, sigo encontrando el mismo patrón: las grandes cantantes son personajes tan simpáticos y adorables. Cuando ves las entrevistas de Caballé, siempre riéndose, siendo simpática. Incluso cuando ella contaba que venía de una familia pobre y que tuvo que dormir en la calle porque echaron a su familia del piso que rentaban por no tener dinero para pagar la renta, no se percibía amargura ni reproche. Claro, en el momento que comentaba eso ya era una mujer muy exitosa y la soprano española más famosa del mundo, pero siempre se mantuvo alegre. De hecho, ella pudo estudiar canto y entrar al conservatorio gracias a la familia Beltrán Mata. La mamá de Caballé le gustaba la música y le había inculcado el gusto, pero sin la ayuda económica de sus benefactores, no habríamos conocido a la gran Caballé.
Después de graduarse, Por fin debutó en Valencia el 27 de junio de 1955 cantando “La Serva Padrona” y al año siguiente cantó en Basilea, Suiza, “Mimi” de “La Boheme”. En ese teatro le dieron un contrato de 3 años donde cantó 23 óperas, entre ellas óperas de Strauss. Y es que muy parecida a la Callas, la Caballé no comenzó inmediatamente en el bel canto. De hecho, por fin en 1962 debutó en su casa, en el Liceu de Barcelona, “Arabella” de Strauss, un repertorio aún muy lejos del bel canto italiano. Pero no todo fue fácil, la Caballé fue rechazada por Georg Solti en 1963. Ella seguía luchando por un lugar en la ópera mundial. Fue así como en 1963 cantó con el que sería su esposo por el resto de su vida, Bernabé Martí, cuando cantaron juntos en La Coruña “Madama Butterfly”. Ella misma decía que acostumbrada a escuchar a “tenores bacalao” en el norte de Europa, al llegar a Barcelona y escucharle, quedó prendada de su “voz tan viva”. Ya saben que las voces mediterráneas tienen un fuerte magnetismo sensual.
Y en 1964 por fin sale de Europa y viene a México. En el Palacio de Bellas Artes cantó “Un Baile en Máscaras”, “Manon” y “Tosca”. Para “Manon” y “Tosca” le tocó cantar con el famosísimo Giuseppe Di Stefano, la eterna pareja operística de la Callas. Pero Pippo, que siempre fue muy querido en México, ya estaba en plena decadencia vocal, pero con aires de divo. La Caballé tuvo la primera tarea de convencer a Pippo de que viniera a cumplir sus obligaciones, porque mientras ellos ensayaban, él continuaba en París. Lo convenció y fue un desastre. Cuentan los cronistas que ella, tan linda como siempre, en un gallo de Pippo le improvisó un beso para distraer la atención, pero al saltarse una aria el público de Bellas Artes se enojó, rechifló y hubo trifulca. Pero al tercer día repitieron “Tosca” y como si nada hubiera pasado, el recibimiento fue tal que tuvieron que repetir “Vissi d’arte” y “E lucevan la stelle”. Al año siguiente en 1965 la Caballé regresó al Palacio de Bellas Artes y cantó “La Condesa” en “Las Bodas de Figaro” de Mozart, “Elizabeth” de “Tannhäuser” de Wagner, con la gran Gilda Cruz Romo como Venus, “La Boheme” con su esposo Bernabé y una legendaria Liu de “Turandot”, con Birgit Nilsson y Pedro La Virgen como Calaf. Así eran los elencos de Bellas Artes. Y terminó su temporada mexicana con Plácido Domingo, por primera vez cantaron juntos en Puebla “Madama Butterfly”.
Pero la fama internacional llegaría cuando en 1965 tuvo que sustituir a Marilyn Horne en el Carnegie Hall en una “Lucrecia Borgia” ahora histórica. El NYT publicó al día siguiente: “La señorita Caballé sólo tuvo que cantar su romanza inicial, un aria típicamente de Donizetti con pequeños florecimientos vocales, para evidenciar que se trataba de una cantante no sólo con una voz bellamente pura sino también con un dominio sobresaliente del estilo vocal. No fue sorprendente que tan temprano en la ópera el público detuviera la representación durante cinco minutos con aplausos y vítores”. “La Sra. Caballé puede elevarse sin esfuerzo a altos pianísimos, que tiene bajo completo control, y en su tono más alto su voz tiene un fino y brillante filo. No es particularmente grande, pero es notablemente flexible, y la soprano la utilizaba con exquisitos tonos flotantes en el registro medio. Lo tranquilizador fue que la voz siempre estuvo en tono”. Ese fue su estreno en NY. Y el que motivó a la Caballé a abordar el bel canto fue el director de orquesta Carlo Felice Cillario. La Caballé estaba grabando un álbum de arias con él y había espacio para una aria más así que Cillario la convenció de que cantara “Anna Bolena”. Montserrat no estaba convencida pero la incluyó, y fue el mismo director Carlo quien la convenció de aceptar la “Lucrecia” que la terminó de impulsar. Así fue como la Caballé se convirtió en la reina del pianísimo y a partir de allí ya no paró. Debutó en todos los roles belcantistas más importantes, de Verdi, de Puccini, veristas, barrocos, todo lo que quiso en todos los teatros, toda Europa, Norteamérica, más de 80 roles. Por eso en 1987, cuando le preguntaron a Freddie Mercury, sin dudarlo como buen conocedor reconoció a la gran Montserrat Caballé.
Fue a propósito del comentario de Mercury, que el manager de la Caballé arregló una reunión. ella visitó a Freddie en su hotel y allí estuvieron en el piano tocando y cantando hasta las 6 de la mañana, creando la música que después se convertiría en un álbum. El 8 de octubre de 1988 se celebró el festival “Nit de Barcelona”, donde recibieron la antorcha olímpica procedente de Seúl. Fue en ese festival donde vimos por primera vez la actuación de Montserrat Caballé y Freddie Mercury, y conocimos “Barcelona”, la canción que sería el himno de los juegos del 92. Brian May, guitarrista de Queen, contaría años después que el pie derecho de Mercury estaba necrosado por una infección. Su imponente voz estaba afectada por su deteriorada salud y esa noche no pudo cantar en directo; fue necesario recurrir al playback. Después del espectáculo, Mercury bajó del escenario para nunca volver.
Aunque La última aparición pública del cantante, fue en la edición de 1990 de los Brit Awards en Londres y el 24 de noviembre de 1991 falleció debido a una bronconeumonía complicada por el VIH-SIDA. Montserrat Caballé continuó cantando por todo el mundo 20 años más, aunque desafortunadamente no estuvo libre de escándalos. En 1982 acusó a Plácido domingo de negarse a cantar con ella, debido a su peso y su edad, ella acuso al tenor que solo cantaba con cantantes jovenes y delgadas. En el 2013 participó en el anuncio de la Lotería de Navidad y le pareció horroroso el comercial. Pero la más grave fue cuando en 2014 se declaró culpable por fraude fiscal y fue condenada a medio año de cárcel desde casa.
Para el 2018, con 85 años, su salud era muy frágil. Había sobrevivido a cáncer y muchas otras enfermedades, y a mediados de septiembre fue hospitalizada por un problema de vesícula. Su familia pensaba que como en las ocasiones anteriores que había sobrevivido a incluso peores enfermedades, saldría de esta, pero lamentablemente esta vez no fue así. El 6 de octubre de 2018 falleció la Stupenda Montserrat Caballé, la cantante favorita de Freddie Mercury y una de las más legendarias sopranos del siglo XX.